Es habitual que paseando por la calle uno vea delante de bares o restaurantes a gente que sale a fumar a la calle. También suele ser fácil distinguir entre los que son clientes y los que son trabajadores del local.
La imagen que se da de los establecimientos donde esto ocurre es francamente mala. Los propietarios deberían evitar que cuando algún empleado salga a la calle a fumar no lo hiciera enfrente del local. No cuesta nada que el fumador se aleje unos pasos o pasee mientras se fuma el cigarro.
No es bueno ver que el personal del establecimiento está tan enganchado al tabaco que no puede estar toda la jornada laboral sin fumar. Si realmente es tan necesario salir a fumar un cigarrillo, al menos que no dañen la imagen del negocio.
Cuando un negocio cuida mucho los detalles de ofertas, decoración, promociones, comentarios del consumidor, etc. también debería vigilar estos pequeños detalles.
Sergio Diez-Cascón 